8.10.11

Embus_

Bajo la luz de Neila se movían dos figuras solitarias, caminaban sin apenas descansar por terrenos rocosos y faltos de vegetación. Hasta que sin darse cuenta, una curiosa criatura al sentirse amenazada por los viajeros, se abalanzó hacia ellos para demostrar que ese era su terrirorio.

No es fácil distinguir a los llamados embus en su habitat, ya que sus escamas negras y las largas y las puntiagudas hojas que le sobresalen de la espalda se adaptaban camaleónicamente al terreno oscuro y las rocas espinadas. Su larga y fuerte cola, redondeada en el extremo es perfecta para realizar grandes saltos, y sus dos extremidades delanteras hacen que el aterrizaje sea amortiguado, además de permitir nivelarse en el aire y planear durante unos instantes.

Sus antepasados poseían tres extremidades traseras que les permitían caminar erguidos aunque no podían saltar, los árboles, su principal fuente de alimento por aquella época, crecieron hasta tal punto que no bastaba lo mucho que se estiraran. Nacieron crías diferentes a sus padres, una de las tres extremidades traseras podía articular de forma diferente y le permitía hacer altos saltos para alcanzar las cimas de los árboles.

Esos individuos mutados fueron muy valorados por los demás, a los que les bajaban alimentos y les permitían seguir viviendo gracias a ello. Al reproducirse, sus descendientes también poseían la facultad de saltar.

Varias generaciones transcurrieron, hasta que todos los individuos poseían esa facultad, todos podían alcanzar las cimas de los árboles, pero pronto su suerte cambió y en la zona se empezaron a ver depredadores contra los que no tenían manera de hacer frente, así que durante el día se econdían bajo tierra, permanecían inmóviles y respiraban gracias a una extremidad situada en la espalda, que con el tiempo en la punta crecía una flor que abrían y cerraban cuando querían, e iban creciendo otras a su alrededor por toda la espalda.

Se pasaban hibernando la mayor parte del tiempo, enterrados a poca profundidad y dejando a la superficie las flores de su espalda que le proporcionaban la energía necesaria para seguir en ese estado incluso durante años, hasta que notaban la presencia de una potencial presa de la que alimentarse para tener suficiente energía para la reproducción.

El desuso de las dos extremidades traseras ocasionó su atrofiamiento y evolucionaron a modo de pequeños alerones que ayudan a planear mejor durante los largos saltos, también son útiles para desplazarse bajo la superficie después de abrir un agujero con sus largos incisivos superiores, que usa a modo de pala empujando el terreno desgarrado bajo su cabeza, donde sus extremidades delanteras con un movimiento característico lo transportan hacia donde alcanza la cola para darle un empujón hacia el exterior.

Su vínculo con la naturaleza le permitió vivir sin necesidad de matar, gracias a la energía recibida de Neila mediante las extremidades de su espalda, pero era mortal, ya que el polen que soltaban las glándulas que posee en el pecho son muy perjudiciales para las otras especies, llegando a ser mortal si no se toman las medidas necesarias.

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