15.9.11

La prisión del alma_

¡¡Milagro!! ¡ha rasucitado!
¿Quién tu dices, mi amo amado?
El exclavo condenado,
y de la muerte nos ha relatado,
nos ha hablado de lo mas sagrado,
ese mundo que quisiera haber soñado,
conocer de buena mano y explorado,
ni el más mínimo rincón habría dejado.
Teneis razón mi señor, el atrás ha dejado,
las oscuras tinieblas que no le dieron capturado,
pero en que podría él haber pensado,
al querer volver a su cuerpo arrestado?
Yo no sé, más así ha pasado,
y vivo de vuelta lo hemos encontrado,
buena sorpresa la que hemos hallado,
al encontrarlo arrinconado y asustado,
me acerqué a él para comprobar su estado,
y me miró como si a otra persona no hubiera mirado,
sorprendente cambio, del que en palabras fue vago,
pues ahí empezó, y de parar no ha hablado.
De mi alma se han adueñado,
breve instante el que me queda para ser encontrado,
pues sin saber como, de ellos he escapado,
solo os pido, un ritual pagano,
proteged mi alma del mal desatado,
coged fuego y antorchas, no puedo ser enterrado,
prendedme los ojos, así no veré mi cuerpo quemado.
Sin otra vez haberlo pensado,
le hicieron caso a lo ya hablado,
y entre gritos de desgarro,
ese hombre fue calcinado_

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