8.1.13

Recuerdos de Neila_2_

Una vez calmada la furia de las rocas, la vegetación se apoderó de todo cuanto pude ver, y no había quien la detuviese, o eso daban a entender. Pero de entre todas las plantas nació una capaz de cambiar el futuro de todas. Una planta sin hojas, con un tallo azul y allí donde crecía, la muerte la rodeaba. A través de sus raíces lograba enredar las de las plantas cercanas y drenar toda la vitalidad de las hojas a través del tallo, luego de las raíces y ahí la absorbía, dejando una planta seca, con unas hojas azules, semilla de la muerte, que al caer al suelo germinaban expandiendo así esta especie depredadora.

En poco tiempo ya estaba extendida por todas direcciones, pero al morir tanta vegetación, el aire cambió, las nubes perpetuas bajaron y comenzaron a diluirse,, mi calor llego de lleno a la superficie por primera vez en mucho tiempo, la temperatura aumentó rápidamente y las hojas secas prendieron fuego, por varios lugares comenzó a arder.

Fuego, fuego por todas partes, los ríos separaban los mares de fuego a ambos lados, y entonces comprobé la razón por la cual llegó a crecer tanto aquel árbol que superaba las nubes, y también por que no ardió en el fuego que quemó todo, y no fue otra cosa que los cuatro ríos que se unían alrededor,, alrededor de ese gran árbol en el que vi aquel ser azul,, un azul parecido a las putrefactas hojas, semillas de la putrefacción.

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