1.8.13

Gorkóns_

Al leer los manuscritos, Ynam al fin supo hacia dónde se debían dirigir, aunque antes debía reencontrarse con Rels, y para eso debía seguir las instrucciones de Eyit para atravesar el camino de vuelta a casa.

Lo primero que debía conseguir luego de entrar otra vez en las entrañas de Neil era hacerse con una planta de lava, ésta era poco común pero sabía dónde seguramente cultivaban algunas.

 Durante los primeros ciclos de Neila, los animalplanta se adentraron en las oscuras cavernas, a partir de ese instante comenzaron a buscar la manera de sobrevivir allí dentro. Encontraron los grandes ríos de lava, y allí se asentaron durante todo este tiempo. Entre ellos evolucionaron muy distinto, y en mayor o menor medida su cuerpo estaba compuesto por piedras. Estos seres de planta y roca, adoradores de la lava y las plantas que en ella crecen, se les conoce como los gorkóns.

Ynam se adentró en las cavernas, necesitaba conseguir la planta para llegar a la otra superficie, además para afianzar así su estabilidad con el polen. A lo lejos escuchaba varios sonidos entremezclados con golpes y gritos indescifrables. Entre la penumbra se acercó a la caverna de la que procedía el bullicio y la cual emanaba un aire caliente a la vez que una luminosidad envidiable gracias al río de lava.

Al llegar observó como su comportamiento difería ampliamente entre ellos, había algunos escuchando las rocas, ensimismados en silencio y muy tranquilos, otros estaban gritando mientras a su alrededor decenas de ellos se enfrentaban en una ruidosa pelea, otros, los que la mayor parte de su cuerpo era de roca se acercaban al río de lava e incluso metían gran parte de su cuerpo, exceptuando la cabeza, la roja hoja característica perduraba desde las generaciones de los primeros ciclos de Neila.

Desde detrás de unas rocas comenzó a contar, llevaba sobre setenta cuándo un sonido tras de sí le llamó la atención:
-Mimirimi.
-Eh? - Se sobresaltó Ynam a la vez que giraba la cabeza.
-Mimi?
-Vaya... que pequeño eres, por favor amiguito no llames la atención del resto.
-Mimi MOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!

El estruendoso sonido retumbó por toda la caverna, y su eco se escuchó durante un largo tiempo. En ese momento recordó lo que Eyit le había hablado de esos seres, de sus acciones impredecibles a causa de su variada manera de pensar.

Muchos de ellos prestaron atención al pequeño integrante de su comunidad, algunos se acercaban despacio, como si el cuerpo les pesase demasiado y los más agresivos continuaron peleándose sin mostrar el menor signo de haber escuchado el grito del pequeño gorkón.

A falta de otra alternativa menos peligrosa, Ynam salió de su escondrijo y se presentó:
-Hola, me llamo Ynam, soy de la superficie interior, a la que intento volver y para eso necesito unas ramas de la planta de lava.

Los gorkóns se alteraron, se pusieron nerviosos y en sus manos agarraban grandes rocas a la vez que saltaban y emitían sonidos desagradables. De entre el grupo que se estaba peleando salió disparado un pedrusco hacia Ynam, pero antes de llegar a darle, el pequeño gorkón dio un salto y en el aire se lo zampó.

Confundido, Ynam se dirigió al río de lava, antes de que acabasen con él,, aunque grandes gorkóns de piedra estaban delante de las plantas. Ante ese problema Ynam no optó, cargó su pecho de aire y mediante un gran soplido desperdigó un fino polvo amarillo. En unos segundos todos a su alrededor estaban inmóviles, y sin dificultad se deslizó entre ellos para alcanzar la preciada planta de lava.

Esta planta con una combinación de amarillo con partes rojas se alimenta del calor que llega a sus raíces y a sus hojas,, mediante éstas últimas puede canalizar esa energía calorífica y concentrarla en un líquido espeso, al que comúnmente se le conoce como "sudor de lava", por su gran parecido.

Ynam necesitaba ese líquido rojo para poder llegar a la otra superficie, además de unas cuantas hojas para él,, así que con un pequeño bote recogió cuidadosamente las gotas que emanaban de las grandes hojas, desligó una rama y se marchó apresuradamente de esa caverna, ya que el paralizador que había esparcido no duraría mucho tiempo en unos seres mitad planta.

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